Cuando eres tan divino como el joven David Mannix, en realidad no necesitas presentarte: ¡la gente te va a adorar pase lo que pase! De hecho, tienes la clara sensación de que a la belleza tatuada, Beno Eker, no le importa en absoluto de dónde viene el chico ni a qué se dedica. Lo único que le importa es lo rápido que puede sacar a Mannix de sus pantalones, tarea que lleva a cabo con su habitual garbo, zambulléndose en la entrepierna del chico para chupar la hermosa polla que ya palpita en busca de atención. No es que tragarse la polla de Mannix vaya a satisfacer del todo a un tipo como Eker. No, no estará contento hasta que no esté bien metido en el culo del joven cachorro. Y después de dejar que Mannix saboree su polla brevemente, pero de forma satisfactoria, y de rodear el agujero del chico, Eker no tarda en empujar cada centímetro de su carnosa verga dentro de las tripas del chico con un efecto completo y agotador. Y a Mannix le encanta, jadeando y gimiendo con cada embestida, y demostrando una vez más que hay una delgada línea entre el placer y el dolor cuando se trata de un culo virgen. Todo llega a un final lleno de esperma cuando Eker salpica la grupa de Mannix, ¡y Mannix alcanza su propio y sabroso clímax!