En esta escena hay dos protagonistas: Lucas Drake, que todo el mundo sabe que es una cabrón cachonda que no se detendrá ante nada para que le estiren el culo hasta la extenuación, y una gran polla anónima. Te dejamos que reflexiones a tu aire sobre quién es exactamente el propietario de esta hermosa polla: cuando estás tan obsesionado con las pollas como Drake, es poco probable que te importe demasiado de quién es la polla En lugar de eso, vamos a centrarnos en la prostituta que es Drake, un chico cuyo magnetismo sexual es tan grande que puede mantener él solo una escena POV como ésta y nunca parecer fuera de lugar. Al principio, la atención se centra en él: su preciosa sonrisa, su físico larguirucho, su entrepierna recortada. Pero no pasa mucho tiempo antes de que la atención se centre en cómo va a enfrentarse a una polla descomunal, un reto, todo hay que decirlo, que supera con una facilidad pasmosa. De hecho, si alguna vez ha existido un jovencito hecho para adorar pollas, ése es él, ya que rápidamente se da un festín con cada centímetro de carne que le llega, antes de darse la vuelta y exponer su pequeño y travieso culo listo para la sumisión. Lo que sigue es casi una clase magistral de cómo manejar una polla dura y sin cortar, montándola a horcajadas en toda una sucesión de posturas, y finalmente estallando de excitación en el proceso. Pero son los momentos finales de esta impresionante exhibición los que realmente lo consolidan como una perra extraordinaria, ya que chupa a su amigo sin cara hasta un clímax igual de pegajoso, ¡mirando a la cámara!
