Apartarse de las exigencias del mundo es una herramienta muy utilizada en la espiritualidad, así que no es de extrañar que el joven sacerdote Brad Fitt y su compañero monje Darryl Declan aprovechen la oportunidad para encontrar un lugar tranquilo donde meditar sobre la vida, el universo y todo lo demás. Salvo que, en cuanto nos enteramos, son asuntos de tranquila conspiración (¡por no hablar de la carne!) los que consumen rápidamente a este dúo cachondo.
Como tal, no es tanto la búsqueda de la iluminación lo que molesta a estos matones de mente sucia, sino lo rápido que pueden empezar a darse placer a sí mismos, una tarea en la que Fitt, en particular, está demasiado ansioso por participar. Sin embargo, dado el tamaño y la calidad del material que el tipo sabe que esconden los vestidos de Declan, ¿es realmente de extrañar que el chico esté tan entusiasmado como él? Pocos se negarían a adorar esta monstruosa arma, eso está claro; y desde el principio queda claro que Fitt -todo cuidadosamente recortado para la ocasión- no estará satisfecho hasta que tenga cada centímetro cuadrado de la polla de su pelirrojo compañero firmemente incrustado en su trasero.
Un objetivo que consigue con notable facilidad, todo hay que decirlo. No es que Declan sea reacio a dar al hambriento culo de su amigo un anilingus preliminar antes de estirarlo con su polla carnosa y sin cortar, pero sólo cuando Fitt está firmemente ensartado en ese monstruo de cabeza morada ninguno de los dos parece ni remotamente satisfecho. Lo que sigue es un espectáculo de primera clase que deja a ambos sin aliento y culmina con dos de las eyaculaciones más hermosas jamás vistas fuera del Vaticano En resumen, ¡una soberbia follada llena de esperma del más alto nivel!