Los ordenadores son cosas maravillosas… ¡hasta que dejan de funcionar bien! Por suerte, Drew Brody, un hombre de negocios trajeado y con botas, tiene a su propio empollón informático en la forma de Kurt Maddox para todas esas irritantes ocasiones. La atención de Brody no se centra en su problema informático durante mucho tiempo cuando el ayudante con gafas llega tras su llamada de auxilio.
Porque el autoritario y dominante hombre negro no sólo tiene un problema con su portátil, sino que también tiene un problema considerable en sus pantalones, como Maddox descubre rápidamente cuando se tumba en el suelo y le invita a echar un vistazo a la incipiente varita mágica entre los muslos de Brody. Por supuesto, cualquiera que haya visto alguna vez a Brody en acción sabrá exactamente lo que le espera, pero aun así, es difícil no sentirse abrumado por la enormidad de la polla de este hombre, que literalmente rebota, ¡y casi le arranca las gafas a Maddox!
Para su total satisfacción, el joven maneja dicho equipo con innegable placer y determinación; primero sorbe la descomunal polla, casi deleitando su mandíbula en el proceso, antes de proceder a tomar cada centímetro de la bestia una vez que Brody ha dado a su apretado culito un anilingus completo como preparación. No es que nada pueda prepararte realmente para una polla de esta magnitud, y no es de extrañar que Maddox no tarde en aullar de placer ante semejante violación sin sentido. Así que es un alivio para el jovencito cuando Brody concluye rociándole la cara con un fajo igualmente enorme
