El sexo en la playa no es una fantasía del todo inusual -hay algo en la arena y el surf que eleva la libido varios grados- y el joven húngaro David Hanson demuestra que es tan susceptible a ella como cualquier otro cuando la descubre. en el Caribe. Dicho esto, tiene que tener en cuenta el factor añadido de Manuel Emilio, un local sexy con una polla bastante grande, que seguramente bastaría para poner a tono incluso al amante más reacio. Como tal, realmente no es ninguna sorpresa que Hanson se la chupe a su novio en aproximadamente los primeros treinta segundos de acción, sorbiendo esa gran mamba negra con el tipo de entusiasmo que probablemente esperarías de una zorra del calibre de Hanson.
De hecho, este blanquito de mente sucia tiene definitivamente apetito para una cosa y sólo una cosa en esta tórrida escapada al aire libre; y en cuestión de minutos, ha conseguido lo que tantos otros chicos seguramente han soñado hacer y han fracasado, al sentarse sobre la hermosa vara de Emilio y cabalgar el grueso y dolorido árbol por todo lo que vale. En realidad, lo que más te sorprenderá es la rapidez con la que consigue su objetivo; pero no pienses ni por un momento que tiene prisa una vez que tiene dentro a ese guapo pica-culos.
No, está empeñado en aprovechar al máximo cada segundo con Emilio, tomando cada centímetro como un hombre y jadeando como una perra en el proceso. De hecho, sólo cuando las luces empiezan a atenuarse, los dos tíos sucumben a lo inevitable con una cascada de chorros de esperma