Uno es el guapo polaco del que todo el mundo habla ahora (y con razón); el otro es un dominicano caliente y cachondo al que le encanta follar culos blancos. Si los pones juntos, como hacemos en esta escena, ¡sabrás que estás ante un ganador desde el principio! De hecho, creemos que es muy probable que te estés acariciando la polla antes de que estas dos hermosas bellezas se hayan bajado los pantalones
Desde luego, Wallace no pierde el tiempo en alcanzar la gruesa mamba negra de Peart; antes de que te des cuenta, el tío se está tragando toda esa carne oscura como un poseso. ¿Por qué demonios no? La varita de Peart casi merece ser aclamada como un lugar de gran interés científico por derecho propio; y tras disfrutar de una caliente y excitante sesión de 69-ing, Wallace presenta su travieso culito como ofrenda de sacrificio.
Una ofrenda que el negro agarra con las dos manos, por así decirlo, o, para ser más exactos, con su polla de cabeza bulbosa, que procede a clavar profundamente en el joven polaco en una sucesión de excitadas posturas. De hecho, Wallace se convierte en poco más que el muñeco follador de Peart, un papel que claramente le va bien al blanquito, que escupe un buen fajo a mitad de camino. Pero es la forma en que el dominicano escupe en la boca abierta de Wallace en el final lo que realmente cierra el trato No lo dudes, esta es una escena que no te puedes perder
