Los castillos no son conocidos por ser lugares cálidos y acogedores, todo hay que decirlo; pero eso no impide que Ron Negba y Lior Hod aprovechen su histórico telón de fondo para quitarse la armadura y poder disfrutar de cada centímetro carnoso que cada uno tiene que ofrecer. De hecho, el joven Negba se muere literalmente de ganas de poner sus hambrientas chuletas alrededor de la guapísima baguette de su novio, arrimando a Hod a un banco de madera y deleitándose con cada centímetro como si su vida dependiera de ello. Es un espectáculo que el propio Hod no tarda en intentar replicar, pero no se puede negar que es Negba el verdadero amante de las pollas, ya que rápidamente recupera su posición favorita entre los musculosos muslos de Hod y engulle febrilmente con el tipo de entusiasmo juvenil que podría ganar premios. Todo esto obtiene rápidamente su merecida recompensa cuando Hod vuelve a centrar su atención en el culito inteligente del chico, exponiendo al mundo el pliegue dolorido de Negba y metiéndoselo varonilmente para el inevitable arado que está a punto de recibir. Y vaya si el cerdito cachondo lo consigue: ¡con gran estilo! De hecho, Hod no se anda con rodeos y taladra profundamente el pliegue de Negba con toda su fuerza, ofreciendo el tipo de actuación activa que hará que te masturbes como un loco y que seguramente eyacules el tipo de corrida a chorros que el propio Hod descarga al estilo diana en el culo de Negba Y si la visión del semen goteando de un culo bien dilatado no te convence, ¡seguro que ver a Negba cremar en la cara de Hod sí lo hará!