De espaldas, Marcus observó cómo Angus levantaba las piernas, estirándolas hacia el techo mientras colocaba el peso de su cuerpo contra el de ella. Marcus sabía que debía concentrarse en su respiración, pero lo único en lo que podía pensar era en la entrepierna del apuesto hombre presionando cada vez más cerca de sus entrañas.
Marcus podía sentir el calor que emanaba de los genitales del entrenador, que le hacía subir la polla dentro del calzoncillo. Mientras el musculoso hombre trabajaba su cuerpo, Marcus no pudo evitar que su polla se endureciera aún más entre su vientre y la cama
No sabía que el entrenador se estaba tomando más libertades con su masaje, acariciando profundamente los músculos de sus muslos mientras subía hasta su entrepierna y llegaba a sus pelotas. Marcus gimió al sentir cómo el hombre le acariciaba las pelotas, dándole una turgencia que no podía ignorarse..
El entrenador Angus vio la enorme erección del chico y tiró suavemente de ella, ¡provocando en el chico un frenesí de excitación! La polla de Marcus palpitaba, desesperada por más, ansiosa por reproducirse.
