Chad Johnstone, un joven excitable, está encantado de mostrar sus habilidades como camarero a Alessandro Katz; pero su energía aparentemente ilimitada sólo parece aumentar cuando decide insinuarse a su amigo susurrándole dulces palabras al oído. En realidad nunca oímos lo que se dice, pero basta decir que la respuesta de Katz lo dice todo. Antes de que te des cuenta, el chico está de rodillas, metiendo la mano en los calzoncillos de Johnstone y besando con fuerza la polla lampiña de su compañero. Casi podrías imaginarte a Johnstone cremando de alegría en el acto; pero para su orgullo, el bello cachondo consigue contener su excitación por el momento y rápidamente le corresponde, engullendo la polla de Katz por todo lo que vale. Por supuesto, cualquiera que conozca a este capullo de mente sucia se da cuenta ahora de que su contención es puramente interesada. Lo que realmente quiere, después de todo, es tener su polla metida hasta el fondo en el culo de su amigo; y tras tomarse unos momentos para preparar el hambriento pliegue, procede a hacerlo, empujando a Katz contra un espejo de cuerpo entero en el proceso. Se produce una exhibición realmente increíble de fornicación en bruto entre estos dos magníficos cabrones; Katz aprovecha para cabalgar a Johnstone al estilo vaquero para maximizar la penetración. No es sorprendente, dadas las circunstancias, que la crema no tarde en volar. ¡Lo que puede resultar más sorprendente es el hecho de que ambos tíos estén tan excitados por la ocasión que emitan un tsunami de pis para acompañar a toda su corrida!