Reconozcámoslo, la mera idea de que un bombero te coja y te lleve en brazos es la fantasía de toda una legión de homosexuales, y para el joven Ron Negba es un sueño que está a punto de hacerse realidad al principio de este fabuloso set con nuestro chico islandés de los sueños, Charlie Keller. Claro, el chico sólo está atado a un sofá cercano, pero es suficiente para acelerar el corazón de cualquier amante de las pollas, y no hace falta decir que el guapo rubiecito pronto se convierte en masilla en las poderosas y viriles manos de Keller. Apenas unos segundos y nuestro guerrero nórdico de pelo oscuro es capaz de meter la mano en los pantalones de Negba para empezar a devorar la polla del jovencito; antes de que cambien las tornas y sea Negba quien adore a su vez la vara de su caliente y cachondo salvador. Llegados a este punto, se te perdonará que te preguntes cómo se va a desarrollar la dinámica de esta excitante escapada, sobre todo cuando Keller aprovecha para acariciar con avidez la magnífica grupa de su compañero; pero si crees que el chico de Reikiavik está a punto de dominar, piénsalo otra vez. Porque el director John Smith lanza una bola curva total en el último momento, Negba toma repentinamente el control del encuentro para plantar su delicioso eje sin cortar entre las nalgas de su héroe. El resultado, ¡una sorpresa de última hora! – es un festival de folladas en el que el siempre excitable Keller es embestido en toda una serie de posturas, y que acaba con él escupiendo todo lo que puede sobre su propio vientre. El colofón es verle tragarse furiosamente la polla en erupción de su compañero, ¡para una corrida facial realmente devastadora!
