De algún modo, no te imaginas a Rafael Nadal o Roger Federer saliendo a hurtadillas de la pista para fumarse un cigarrillo, así que no es de extrañar que el entrenador de Alex Santana (Paul Walker) se disguste al ver a su pupilo fumándose un pitillo cuando debería estar en la línea de fondo practicando su juego. Pero pronto queda claro que no es esta debilidad en particular lo que ha disgustado al entrenador, sino el descubrimiento por parte de Walker de que el hombre se ha estado tirando a Orlando White, ¡literalmente! Como Walker señala con entusiasmo, él es el que debería largarse de aquí – y dada su personalidad masculina bastante dominante, probablemente tenga un argumento muy válido.
Ni que decir tiene que Walker tarda unos cinco segundos en meter a Santana dentro, empujarlo a un sofá y empezar a maltratar al joven con bofetadas decididas; antes de que el entrenador introduzca su hermosa varita en la garganta de su pupilo. Si buscas romance, éste no es el lugar donde empezar tu búsqueda. Walker es la parte dominante en todo momento, algo que se ve subrayado por la follada hardcore que sigue, en la que el culo de Santana es martillado en toda una serie de posturas.
Es casi suficiente para hacer llorar a un hombre adulto, pero en esta actuación, diríamos que Santana disfrutó cada puto minuto de su evaluación aquí, y el hecho de que rompa tan vívidamente sus ninfas mientras está indefenso sobre el botón de Walker lo dice todo. ¡Al igual que la innegable expresión de deleite en su carita bonita cuando Walker finalmente lo cubre con un torrente de cremoso semen!