El último trabajo de Titus Snow lleva al apuesto sudafricano a una piscina cubierta bastante lujosa en el centro de Praga, donde se encuentra con las delicias esbeltas y de piernas largas de Benjamin Dunn en los vestuarios. No es que en este punto ocurra nada implícitamente sexual entre la pareja, pero tras nadar y encontrar a Dunn tumbado en una tumbona en una habitación cercana, el joven decide arriesgar su brazo saltando a una ducha cercana y mostrando provocativamente todos sus activos. Es un espectáculo que ni siquiera un eunuco ciego podría ignorar; y, ni que decir tiene, Dunn no tarda en extasiarse ante el espectáculo, haciendo señas al chico para que se acerque e invitándole inmediatamente a que le abra la boca sobre su enorme polla. No sorprenderá a nadie, por supuesto, que Snow no rechace tan envidiosa oportunidad, deleitándose ansiosamente con cada generoso centímetro que le ofrece su nuevo amigo. Llegados a este punto, es bastante obvio que el chico está a punto de ser ensartado por dicho falo; pero antes los dos tíos se enzarzan en una breve sesión de 69 que realmente prepara el ambiente para la dura follada que se avecina. Y el chico afortunado lo consigue cuando llega el momento: cabalga la polla de Dunn como una perra a toda pastilla, al estilo vaquero invertido, y luego se la mete por detrás hasta el fondo. No es de extrañar que pronto estalle como un puto volcán sobre su vientre, antes de que Dunn concluya con una impresionante descarga de semen sobre la boca, la barbilla y el cuello de Snow, ¡que lo deja chorreando!
