Tumbarse junto a la piscina y disfrutar del sol caribeño es, sin duda, la idea de un buen rato para cualquier jovencito, pero no compite con el placer de chupar pollas y follar culos, como Adrian Rivers y Manuel Emilio están deseando demostrar cuando se dirigen al dormitorio, cada uno de ellos vestido con nada más que un par de calzoncillos y una toalla de baño (envuelta alrededor de la cintura). No es que la ropa se quede mucho tiempo puesta, todo hay que decirlo. Las toallas se quitan casi en cuanto llegan al dormitorio, y los dos chicos se turnan para chupársela mutuamente en un santiamén, deleitándose con la hermosa carne de jovencito que se les ofrece.
Quizá sea en este momento cuando empiezas a entender por qué estaban tan ansiosos por abandonar las tumbonas: ¿quién coño podría resistirse a semejante placer, después de todo? Y el hecho de que Rivers sea blanca y Emilio un dominicano nativo hace que hacer el amor sea aún más atractivo. Pero la verdadera acción hardcore sólo comienza cuando el chico de la casa sucumbe por fin a su feroz apetito sexual y permite que su invitado americano le meta hasta el fondo de su travieso culito esa hermosa cabeza de polla yanqui, ¡una invitación que un chico como Rivers no necesita que le hagan dos veces!
Comienza una sesión realmente fabulosa de sexo entre chicos, crudo y sudoroso, en la que el visitante le da a Emilio el tipo de entrenamiento individual con el que seguramente sueña todo novato, que culmina con una fabulosa y desgarradora corrida facial completa que sabemos que te va a encantar.
