Shane Barret puede hacer maravillas con una vela perfumada y un pañuelo de seda, como puede atestiguar Sam Williams tras conocer al joven masajista en este excitante episodio. No es que la vela o el pañuelo tengan realmente ninguna importancia más allá de los primeros momentos de la escena: la atención de Barret se ha fijado rápidamente en la magnífica grupa de su cliente, que procede a masajear y manipular como si fueran bolas de masa caliente. Es suficiente para hacer que un adulto como Williams llore de placer; pero las cosas sólo se intensifican cuando el tipo se da la vuelta para exponer el grueso y venoso eje bajo el que siempre está anidado.
Ni que decir tiene que, a partir de este momento, las habilidades de masaje de Barret se concentran en gran medida en este fabuloso apéndice, trabajándolo primero con las manos, pero luego muy rápidamente con la lengua y los labios. Es una demostración fabulosa por parte del joven, sin duda, y no es de extrañar que pronto ponga frenética a la mayor. En consecuencia, los dos no tardan en correrse como dos perros del desierto en celo: Williams aniquila ansiosamente el culo de su novio en el proceso.
Sin embargo, no es el culo de Barret el que está destinado a llamar la atención. En su lugar, prepárate para ver a Williams a horcajadas sobre el garrote del masajista como si no hubiera un mañana, y recibiendo un buen masaje en el anillo (¡por no hablar del blanqueado!) en el proceso. No lo dudes, en esta escapada este tío se deja frotar literalmente cada centímetro de su cuerpo, ¡y culmina echándole crema en la cara a Barret!
