Hay que reconocerle al menos un poco de mérito a Pyotr Tomek al principio de este excitante encuentro con Kris Blent. Como joven responsable de las chapuzas en el camping, está claro que tiene mil y una cosas en su lista de tareas pendientes, ¡y desde luego no tenía tiempo para distraerse con un jovencito holandés loco por las pollas! Sin embargo, su encomiable muestra de moderación resulta un poco inútil. Como siempre ocurre, una polla dura no tiene conciencia, y el novio moreno y bronceado no tarda en responder exactamente como Blent esperaba desde la primera vez que lo vio: ¡bajándose los calzoncillos y chupando la carnosa polla afeitada que lleva dentro!
Es entonces cuando nos damos cuenta de lo cachondo que está el joven jardinero, que se deleita con la belleza de Blent como un poseso y suda literalmente de excitación No es de extrañar que la maravilla de Ámsterdam parezca tan reacia a devolver el cumplido; después de todo, si alguien devorara tu polla con tanta avidez como Tomek aquí, ¿querrías impedírselo?
Al final, sin embargo, el apetito de Blent por la polla dura se impone. Simplemente DEBE tener la polla del checo en su culo siempre hambriento; y, tras probar brevemente la pértiga de Tomek, tiene las piernas en las caderas sobre una mesa siendo follado y follado por el cachondo trabajador. Además, Tomek no defrauda, penetrando el estrecho agujerito con el gusto característico y expulsando el semen de Blent en el proceso. Dejándole que se corra él mismo en un final muy valiente, ¡como una bola de nieve!
