Estar en total sintonía con tu compañero de armas es una cualidad esencial para cualquier joven soldado; al fin y al cabo, tu vida puede depender de ello algún día en el campo de batalla. Pero en el caso de estos reclutas, esa intimidad se lleva al límite; después de realizar juntos maniobras al aire libre y de entrenarse codo con codo en el gimnasio, los recién llegados Sivan Ozzi y Robin Rhea deciden conocerse aún mejor intercambiándose un beso obviamente muy deseado. Que éste sea el procedimiento habitual en el ejército checo es algo que nadie sabe, por supuesto; pero baste decir que rápidamente lleva a los dos cachondos compañeros a dejar a un lado sus uniformes estándar, antes de que Rhea, de pelo rizado, se acurruque para recibir la rigidez de su camarada con la boca llena. Es un acto de suave afecto de un soldado a otro que eleva rápidamente la temperatura de la habitación hasta hacerla abrasadora; Ozzi devuelve rápidamente el favor con igual entusiasmo, antes de dirigir su atención al culo lampiño de su compañera. En este punto, por supuesto, cualquier espectador experimentado comprenderá que el culito fresco de Rhea está a punto de disfrutar del tipo de invasión total por la que todo culo bien dotado vive Y así es, con Ozzi clavando cada centímetro de su deliciosa polla hasta el fondo de las tripas de su amiga, marcando el comienzo de una tremenda escena que, casi con toda seguridad, hará que te masturbes por todo lo que vales. En resumen, el trasero de Rhea es martilleado hasta la médula; y las corridas faciales de los soldados en la puerta que ponen punto final a esta brillante escapada sirven de apropiado – ¡e innegablemente pegajoso homenaje!
